Solo un pensamiento...


Las palabras dichas son llevadas por el viento y olvidadas la mayoría de las veces, pero las escritas no conocen de tiempo, son perennes. En honor a ellas; algunos de mis trabajos. 





miércoles, 21 de enero de 2015

Los espíritus del tepuy

 


Daniel Murolo
Fotos: Ruben Herrera
Vive allí, dentro de una de las formaciones geológicas más antiguas de la Tierra, desde el Precámbico - dos mil millones de años-. “Es el guardián del tepuy”, aclara Michael, cuyos antepasados, todos de la etnia pemón, juran que en algún momento de sus vidas vieron salir, desde las entrañas de la montaña, las bocanadas de fuego que emana Ñaguarí.
Michael Pinsón es Taurepan, uno de los tres grupos que conforman los Pemones, descendientes directos de los Caribes, tribu nómada y guerrera proveniente del Amazonas que tiene aproximadamente 300 años en la Gran Sabana, hogar de ese enorme animal con aliento de fuego. 
 Michael es rápido, silencioso y observador. Con la destreza que caracteriza a sus antepasados prepara su guayare –bolso de confección artesanal- en el que carga hasta 60 kilos de peso, generalmente de turistas, que desean subir hasta la cima del tepuy.
“Existe un dragón que vive dentro del Roraima, le llaman Ñaguarí, hay que respetarlo, la gente ha visto el fuego que expulsa”, sentencia el  joven de 18 años mientras desencaja de sus hombros la pesada carga y se apoya sobre una piedra.
Mira fijamente la montaña mientras habla de ella, pero no siempre fue así. La primera vez que la subió como “porteador” jamás vio de frente a la “madre de todas las aguas”, todo el trayecto lo hizo con la mirada fija al piso, observando el camino, sin levantar la cabeza.
Tenia entonces 12 años de edad y sobre sus hombros soportaba 12 kilos de peso. Una cocina, bombona, carpas, ropa y granos, llevaba dentro del guayare que había confeccionado con sus propias manos.  “Mi mamá me dijo que no podía verla de frente –al Roraima- porque me podían llevar los espíritus”, recuerda.
Son los mismos espíritus que habitan el tepuy y que comparten morada con Ñaguarí, ese enorme guardián con apariencia de gran lagarto o cocodrilo, con alas, boca que escupe fuego, cuernos y gran ferocidad.
Michael, al igual que sus 5 hermanos y 3 hermanas, es de complexión media, rasgos finos y físico esbelto. Desde chiquito siempre quiso ser “porteador”, oficio que ejerce actualmente a la par de sus estudios de bachillerato, generalmente en temporada.
Baja la voz conforme se acerca a la cima de la sagrada montaña. “Si tiras piedras, hablas duro, gritas o cantas, puede venir un viento fuerte, llueve sin cesar” susurra, mientras señala con sus manos las nubes que abrazan las faldas del tepuy más alto de la cadena de mesetas de la sierra de Pacaraima. Sus ojos irradian respeto.  

“¡No puedo más!”, grita uno de los turistas mientras suelta el bolso que carga y se desploma sobre una piedra cercana a una de las cascadas tras caminar 15 kilómetros, en cuestión de segundo comienza la lluvia, la brisa, el frío. Los espíritus se molestaron. Michael lo advirtió.
Recuerda como si hubiese ocurrido ayer su primera noche en la cúspide de la meseta. Luego de caminar varios kilómetros, atravesar dos ríos y ser bañado por el “paso de las lagrimas” –último tramo antes de hacer cumbre-, debió enfrentarse no sólo al miedo que las historias de su tribu le provocan, sino también a las bajas temperaturas.
“Me estaba muriendo de frío”, con esta frase resume el joven las largas horas que debió dormir a la intemperie; esa noche, luego de dos días de caminata, su papá le dio permiso para que en su próximo ascenso pudiera ver de frente la montaña, eso sí “con mucho respeto”. 
 Desde entonces lo hace media docena de veces al año. En 6 días puede llegar a ganar 9 mil bolívares con una sola carga, el dinero lo reparte con su familia y guarda cerca del 30 % para comprar zapatos. La irregularidad del terreno, así como la humedad –paso de ríos y constante lluvias- “destroza” los calzados en cuestión de horas.
Por los momentos, Michael calza unas crocs que combina con un mono azul marca Nike y una franela marrón con el logo de Okley, espera que, con las ganancias de esta temporada, pueda comprarse unos zapatos de marca, resistentes, especiales para el trekking.
Atrás quedaron los guayucos. “Eso ya no se usa” dice entre risas, y es que desde hace ya muchos años, el pueblo Pemón se ha ido “modernizando”, remplazando su tradicional vestimenta por ropa criolla-occidental, incluso adoptado en muchos casos nombres comunes.
Lo que sí no abandonan es el respeto que sienten no sólo por los enormes tepuyes que los rodean, sino especialmente por los espíritus y criaturas fantásticas que los habitan.  “Esa señora –el Roraima- es la madre de todos nosotros y como buena madre, hay que quererla, respetarla y adorarla”.






martes, 6 de enero de 2015

El peso del Roraima


Daniel Murolo
Fotos: Rubén Herrera
“10 kg”, anuncia Paola tras recibir su Boarding Pass en el aeropuerto. “17 kilos”, remata Natalia, el de ella da miedo. El mío pesa 12,5 kg, la noche anterior pasé horas intentando que en él entrara la carpa, la bolsa de dormir, la media docena de franelas y medias, un trozo de jabón azul y el repelente. Un coctel de angustia y emoción se refleja en la cara de mis compañeros de viaje, son 15 en total, personas de diferentes puntos del país, de quienes poco conozco.

En Puerto Ordaz, primer punto de parada, el grupo se divide. Unos deciden reunirse en casa de Zeus, quien a diferencia de nosotros, los que volamos desde Caracas, se une a la aventura en esta ciudad; mientras que otros –entre los que me incluyo- se inclinan por esperar la hora de salida hacía la Gran Sabana en el principal atractivo de esta urbe: La Llovizna.

Son 165 hectáreas con 30 islas conectadas por caminerías y saltos inferiores del Caroní, se encuentra 5 kilómetros antes de la confluencia con el Río Orinoco. No sentir la llovizna que genera la caída de agua más alta del parque (20 metros de altura) o dejarse asustar por el ruido que hacen los monos al saltan de rama en rama, es imperdonable.

Cerca de la 9:00 de la noche llega el autobús. Sin saberlo, al menos no conscientemente, sus butacas se convierten en nuestro último contacto con el “confor” de la civilización; tras cerca de 10 horas de viaje y superar la falta de combustible del vehículo, finalmente llegamos a San Francisco de Yuruaní. 

Sendero hasta el campamento base


El de Paola, Natalia y el mío son ubicados junto a media docena más de bolsos en el techo de dos vehículos rústicos en el que nos trasladan por un camino de tierra hasta Paraitepuy, una población indígena conocida como la puerta del Roraima.

“Están listos, ahora es que comienza la aventura”, indica Alberto, el guía del grupo, mientras carga en sus hombros un guayare (bolso elaborado por los pemones) que duplica en peso al de cualquiera de los viajeros, y es que dentro del mismo lleva parte de la logística necesaria para 6 días de caminata.

Hasta el primer campamento son 13 kilómetros, se deben cruzar dos ríos (Tek y Kukenán) tras caminar a través de una sabana ondulante con algunos arbustos dispersos y árboles aislados, repleta de media docena de colinas con dos de los tepuyes más impresionantes de fondo: el Kukenán y el Roraima.

Llegamos con la noche, el ruido del río nos llama, nos seduce; armamos las carpas en 5 minutos, nos desvestimos y nos zambullimos en las heladas aguas del Kukenán. La noche nos regala un espectáculo de estrellas fugaces, la silueta de los arboles se hace patente con cada luz que atraviesa el firmamento. Andrea pide un deseo, todos nos unimos en silencio. 

Vegetación del Monte Roraima
“Hoy es el días más difícil”, sentencia el guía mientras nos prepara el desayuno, la advertencia cobra sentido cuando comenzamos la caminata hasta el campamento base. En total son 9 kilómetros de recorrido por un sendero en el que se ascienden 900 metros. No hablo, observo lo que me rodea, a lo lejos se precipita a tierra el salto Kukenàn, el cuarto más alto del mundo, es poco lo que se puede decir, saco mi cámara. Diversas especies de orquídeas, bromelias y helechos nos rodean.

El recorrido lo comparto con Rubén, Aldo, Laura y Diego. Al llegar la lluvia nos recibe, bajo ella buscamos un rincón donde armar las carpas nuevamente. Natalia, quien está de cumpleaños escoge un sitió único desde donde la Gran Sabana luce infinita.

Junto a Paola, Erick, Rafael, Wilmer y Carlos me escapo. Buscamos donde bañarnos, el ruido de una caída de agua nos atrae, caminamos por un caminos de charcos y barro 15 minutos hasta encontrarlo. La cascada tiene 5 metros de altura, el agua es tan cristalina como fría, ellos se bañan, yo simulo que lo hago, no puedo, se me congela hasta la risa. 

Amanecer desde el campamento base


De regreso al campamento cae la tarde, el horizonte se pinta de naranja intenso, las paredes del Roraima lucen próximas y cambian de color conforme se esconde el sol, se tiñen de dorado. Rubén saca su Canon, logra inmortalizar uno de los atardeceres más increíbles que he presenciado. Las vistas son puras postales.

Amanece. Salgo de mi carpa, desayuno moras, mi “hogar” temporal está rodeada de un centenar de matas de esta fruta. Guardamos las carpas y el bolso vuelve a mi espalda. Es la última jornada para alcanzar la cima del Roraima, exige una caminata de solo 4 kilómetros para subir 1.000 metros más de altura.

La vegetación cambia, de los altos árboles cuelgan enormes helechos, los primero kilómetros son prácticamente de escalada, la neblina cubre la montaña y sólo por minutos nos permite ver la sábana. La pared del tepuy está literalmente al alcance de nuestras manos, el cansancio es vencido por la emoción. 

Cae la noche
El “Paso de Las Lagrimas”, un par de cascadas que caen desde la cúspide bañándonos a nuestro paso, nos anuncia que estamos cerca. Vuelve la lluvia, con ella el viento y el implacable frío. La tortuga voladora, una piedra enorme con forma de este animal, nos confirma que estamos en la cumbre.

Laura es la primera en toparse con uno de nuestros anfitriones. Del tamaño de una de las uñas de su dedo, la pequeña ranita tiene la piel idéntica a la textura de las rocas que dominan el paisaje del tepuy, son únicas en el mundo, pues no saltan, sino caminan. Por 5 minutos se convierte en el foco de todas las cámaras, como si atravesara una alfombra roja bajo la lluvia.

Los ponchos son insuficientes para protegernos del temporal, el viento es inclemente y nos hemos equivocado de hotel (cavernas en la que se arman los campamentos). “El Roraima está inundado”, advierte Alberto, el agua, en algunos puntos casi nos llega a las rodillas, nos toca caminar hasta otro hotel, cae la noche y con ella llega el desespero, el miedo, en ese momento entiendo perfectamente el significado del nombre del milenario tepuy sobre el que nos encontramos, “madre de todas las aguas”, sin duda lo es.

La noche se hace interminable, la temperatura se ubica por debajo de los 7 grados, me abrigo con una licra sobre la que coloco un mono, dos pares de medias, una franela, un sueter y sobre este una chaqueta con capucha, me envuelvo en la bolsa de dormir, me tiembla hasta el alma, estoy a 2.800 metros de altura bajo un incesante palo de agua, jamás en mi vida había deseado tanto un rayo de sol.
Amanecer en la cima del Roraima

La adversidad se disipa en segundos. Esa mañana (4to día) sólo bastó pararnos y observar el Roraima bajo los primeros rayos del sol para querer quedarnos allí para siempre.

Es difícil –por no decir imposible- describir la imponencia del Tepuy que inspiró a Arthur Conan Doyle en su novela “El Mundo Perdido”. Hay que estar allí para entender como no hay en español ninguna palabra para definir esa extraña belleza de piedras negras, infinitos silencios, caminos y piscinas de brillantes cuarzos, hogar de la ranita - la que se topó Laura-, plantas carnívoras y un grillo que nada.

Ese día nos bañamos en los jacuzzis, nos asomamos a El Abismo, caminamos por el Valle de los Cristales y dormimos una vez más en una de sus milenarias cuevas para iniciar al día siguiente el descenso a la realidad.

“Señorita su bolso pesa 11kg” informa la encargada de la aerolínea a Paola, quien asombrada replica “pesa más de cuando llegue, pero si le saqué la carpa”. Lo que no saben Paola, Nerio, Carlos, Erick, Rafael, Wilmer, Rubén, Zeus, Andrea, Laura, Diego, Cristian, Natalia y Aldo es que cuenta la leyenda que quien sube el Roraima baja siendo otra persona, y es cierto, regresas amando (aún más) este pedazo de tierra llamada Venezuela y eso pesa, pesa mucho. 

Grupo Roraima 2014















lunes, 25 de agosto de 2014

Paradise Falls Tours empresa que lleva a miles al más alto de los tepuyes





 Una aventura inolvidable de 8 días 

hasta la cima del majestuoso Roraima

Daniel Murolo
Cuando Driscol Rojas estuvo por primera vez frente a las increíbles formaciones rocosas moldeadas por el viento y el agua en el majestuoso Valle de Los Cristales, en la cumbre del monte Roraima, supo de inmediato que debía convertirse en multiplicador de esa experiencia que le había cambiado la vida.
“Eso fue hace tres años, luego comencé a llevar primos y amigos para que conocieran esa maravilla”, detalló, agregando que fue así como nació su empresa Paradise Falls Tours, dedicada a llevar a turistas de Venezuela y el mundo al Roraima, utilizando las redes sociales como plataforma de promoción. 

 Aunque tiene en su hogar, ubicado en Puerto Ordaz, una pequeña oficina, Rojas junto a su hermano y una amiga hace contacto y coordina los viajes a través de sus cuentas en Instagram, Facebook y Twitter.
“Instagram es la que mayor proyección nos ha dado”, detalla el joven. En esta red, montan a diario imágenes de los diferentes viajes que hacen para el Roraima, monte ubicado dentro de las inmediaciones del Parque Nacional Canaima, es el más alto de los tepuyes con 2.800 m.s.n.m., siendo además el más visitado y conocido de los que se encuentran en el parque.
Alemanes, norteamericanos y turistas locales, la mayoría del estado Bolívar, son los que más contratan los servicio de Paradise Falls Tours. “Ofrecemos un paquete VIP con todo incluido de ocho días de duración y comienza desde Puerto Ordaz”, dijo.
El turista solo debe llevar un bolso de camping, jabón biodegradable, linterna y ropa especial, el resto del equipo (carpas, bolsas para dormir y el transporte) forma parte del paquete. 
 El disfrute comienza en Puerto Ordaz, pues desde esa ciudad parte el viaje en una camioneta  que recorre  los pueblos de Guasipati, El Callao, Tumeremo, El Dorado, Las Claritas, Kilómetro 85 y seguidamente la comunidad de San Isidro. Se sube la Sierra de Lema pasando por el inicio del Parque Nacional Canaima (Piedra de la Virgen) para arribar a la majestuosa e inmensa Gran Sabana. 
Treinta kilómetros después se transita por el campamento turístico Rápidos de Kamoirán y posteriormente se llega a San Francisco de Yuruaní, donde se abandona el vehículo y se inicia el trekking.
“Dura ocho días porque incluimos una primera noche para descansar del viaje en San Francisco de Yuruaní, punto de donde parte la caminata hasta la cima del tepuy”, indicó.
Trabajan con grupos de mínimo 5 personas y máximo 12, “son más fácil de manejar”. Asegura que quienes pretenden hacer el recorrido deben tener entrenamiento previo, pues en promedio deberán caminar entre 4 y 6 horas diarias en un ascenso continuo. 
 “Siempre les envío a los interesados una ficha medica para conocerlos un poco más y luego realizarles algunas recomendaciones como por ejemplo tomar un bolso, ponerle algo de peso y realizar caminatas, pues les tocará llevar a cada uno sus bolsos personales”, dijo. 
A través de las redes sociales Paradise Falls Tours muestras algunos de los lugares que podrá disfrutar el viajero. Sobre la cumbre hay increíbles formaciones rocosas moldeadas por el viento y el agua, las cuales están acompañadas por el majestuoso Valle de Los Cristales conformado por infinidad de piedras de cuarzo y el hito fronterizo denominado Punto Triple por ser el lugar donde convergen las fronteras de Venezuela, Brasil y Guyana.
Como buenos emprendedores 2.1, el equipo de Paradise Fall Tours está siempre atento a las inquietudes de sus seguidores en las diferentes redes sociales, es a través de ellas que los interesados pueden conocer el costo del increíble e inolvidable viaje.
Para contactar a Rojas y su equipo lo pueden hacer a través de su cuenta en Twitter @pftours en Instagram por @Paradisefallstours y en Facebook en Paradise Falls Tours o por whatsaap: 04264969530.

martes, 5 de agosto de 2014

Jeferson García, emprendedor 2.0




JhonContry, una marca 

masificada gracias al Instagram 


 
Daniel Murolo
Al fin con mis @JhonContry personalizados”, se lee al pie de la foto que posteó Alberto en su Instagram. “Mis impactantes náuticos rojos lucen cool en la playita”, escribió por su parte Sandra en la misma red social. Aunque viven en ciudades distintas, ambos forman parte de los casi 18 mil seguidores de una de las marcas de calzado online más famosa del país. 
De 100 pares de zapatos vendidos al mes, pasaron a despachar más de mil 500. “Con nuestras tiendas online (Facebook e Instagram) la demanda se disparó, en un año el crecimiento fue descomunal”, explica Jeferson García, propietario de la fábrica JhonContry. 
 La posibilidad que tiene cada cliente de caracterizar su estilo con un calzado exclusivo, pudiendo seleccionar desde el color de la suela, hasta el de las trenzas y la pieles, convirtieron la cuenta en Instagram @JhonContry en una de las más seguidas en menos de 12 meses.
Su crecimiento meteórico, una actividad inigualable y su liderazgo en cuanto a interacción han consagrado a Instagram en la élite del social media, éxito del que se han enganchado muchos emprendedores 2.0 para triplicar sus ventas.
“Tenemos más de 15 años en el mercado, antes nuestros modelos eran clásicos, cuando comenzamos a utilizar colores llamativos y nos introducimos en las redes sociales fue que todo cambió”, agrega. 
 Aunque se trata de un modelo único –náutico- tanto para damas como caballeros, la posibilidad de confeccionarlo combinando  hasta 4 colores diferentes que selecciona el propio cliente, “permiten que cada persona que se decide por nuestra marca pueda  tener todos los que quiera y jamás parecerá que usa el mismo”, explica García.  
La fabrica, ubicada en la ciudad de Caracas, trabaja a puerta cerrada. Los miles de compradores siguen el mismo ritual: entran a cualquiera de las tiendas online, observan los modelos que ya han sido diseñados, contactan a través de Whatsaap al equipo de ventas y comienza el proceso de diseño.
“A través de Whatsaap el contacto es más directo con el cliente, la atención es mucho más personalizada, además que se lleva su tiempo el escuchar lo que quiere cada persona y asesorarlo, todos quieren modelos únicos, diseños (colores) que reflejen su personalidad”, explica. 
 Una vez decidido como lo quiere, comienza el proceso de confección del calzado, “el envío lo realizamos a través de algunas de las empresas de encomienda que existen en el país, el cliente decide cual quiere utilizar dependiente de su cercanía”.
Nueva línea
Ante la escasez de mucha de las piles que utilizan para la fabricación de los zapatos, los propietarios de JhonContry decidieron parar por un mes los encargos personalizados para volcar el esfuerzo en la confección de una nueva línea, utilizando el mismo modelo náutico, que aseguran será una sensación entre sus clientes.
“Preferimos tomar esta decisión antes de quedar mal con los clientes, pues la falta de materia prima ya se torna extrema lo que nos obliga a tomar decisiones”, dijo. 
Además del clásico modelo, recientemente lanzaron en su plataforma digital el Boots JhonContry, se trata de una bota totalmente de cuero con un diseño juvenil que resulta sumamente atractivo tanto entre los jóvenes como adultos mayores.  
Para ver los productos debes entrar en: Facebook JhonContry, Twitter @ContryJhon, Instagram @JhonContry y Whasaap 0424 1137861.

viernes, 25 de julio de 2014

Rolando Navas, emprendedor 2.0





Si el bar no va a ti, Cocos Bar 

te lo lleva a tu casa


Daniel Murolo 
Vas a un bar y pides un Cosmopolitan. Vas a una fiesta y te conformas con un Cuba Libre, en el mejor de los casos en vaso de vidrio. Este preconcepto empieza a derrumbarse: cada vez hay más servicios de barra de alta calidad para eventos, a precios que se adaptan al bolsillo, y que se pueden contratar para disfrutar incluso en la intimidad del hogar.

“Contraté una barra y fue lo mejor que pude hacer, me olvidé por completo del tema de los tragos”, reseña Angélica Pita, quien se decidió por uno de estos servicios para su boda. En algunos casos son compañías enormes que pueden proveer servicios para eventos de cientos de personas; en otros, bartenders de bares cocteleros que decidieron lanzarse por su cuenta en este nuevo negocio; es el caso de Rolando Navas, emprendedor que hoy cuenta su historia.


Comenzó hace 4 años con su empresa, recuerda que se inició luego de que lo contrataran para preparar cócteles en un evento, “a la gente le gustó el servicio, ví que podía funcionar, por lo que hice barras móviles y así nació Cocos Bar”.
Rolando Navas cuenta su historia

 Como buen emprendedor Navas aprovechó la demanda que había de tragos de calidad en fiesta y eventos; “para entonces no existía mucha gente que ofreciera este tipo de servicios, era un buen nicho para meterse”; tanto así que hoy existen cientos de empresas similares en la Gran Caracas.
“Hay mucha competencia, pero somos la única empresa que ofrece una carta de 15 tipos de cócteles diferentes. Nuestro servicio es dedicado y los invitados sentirán que son atendidos con profesionalismo y clase”, detalla.

A través de Facebook (COCOSBARVENEZUELA) Instagram (@CocosBars) Navas promociona su marca. Imágenes que muestran sus barras a la orilla del mar en una fiesta playera, así como en bodas, 15 años, despedidas de solteras y solteros, eventos corporativos, son colgadas con frecuencia en los perfiles de ambas redes sociales.

“Claro que ayuda, es la mejor forma de hacerse publicidad y mostrar el servicio que ofrecemos”, indica Navas, quien sabe perfectamente que sus potenciales clientes son jóvenes y adultos que se manejan como “pez en el agua” en el mundo 2.0.

“Los clientes ven las galerías de fotos de los eventos en los que hemos estado, se animan y nos contactan a través del teléfono o el mail, es entonces cuando le hacemos el presupuesto”, agrega.
Cocos Bar maneja 2 tipos de modalidades de servicio, el “todo incluido” donde ofrecen una amplia gama de cócteles llamativos y acordes para todo tipo de eventos, “tanto dulces como cítricos, mezclados o frozen, llevando nosotros todos los ingredientes y licores para su preparación”.

Y el “solo servicio” en el cual ofrecen el alquiler de la barra con barman y “le ofrecemos toda la preparación de sus bebidas elegidas y compradas por el cliente dispuestas sobre la barra adaptándola al tipo de evento que desee, adicionalmente le ofrecemos la elaboración de la carta de tragos a su gusto y le indicamos la lista de insumos para los cócteles, todo esto junto con su carta plastificada para el evento y todos los accesorios”, detalla.

Ünica empresa de barra libre que ofrece 15 tragos diferentes
 Reitera que incluyen los bartenders calificados, barras móviles y en base a la cantidad de invitado calculan el numero de cócteles,”hacemos el estimado (3 a 4 por personas) y le elaboramos el combo”.

No hay una lista de tragos estandarizada. Lo que se ofrece siempre se adapta a la ocasión y es fundamental el diálogo con el cliente para poder proporcionarle exactamente lo que quiere. En general piden clásicos tragos de fiesta: Mojito, Caipirinha, Margarita, Daiquiri o algún aperitivo. “Pero nosotros lo hacemos con el mejor producto. Ese es el diferencial”. ¿Cuánto cuesta contratar estos servicios? Los precios varían mucho según el tipo de evento, el tamaño y lo que el cliente pida.

Hasta la fecha los bastenders de Cocos Bar han preparado sus famosos cócteles y tragos en fiestas en Los Teques, San Antonio de los Altos, Caracas y Maracay. “Aunque somos de los Altos Mirandinos nos solicitan servicio de otras regiones. Si estas pensando en hacer una fiesta, no lo pienses en contrata una barra móvil y simplifícate la vida”, sentenció.

lunes, 14 de julio de 2014

Carmen Orta cuenta su dulce experiencia como emprendedora 2.0

 



KoniCakes 
Endulza la red con sus 
ponquesitos y tortas




 Daniel Murolo 
Al principio se negó. “Me daba terror que fuera a recibir muchas llamadas y no pudiera atender la demanda”, admite Carmen Orta, quien bajo presión de sus hijos y conocidos finalmente accedió a abrir una “tienda virtual” donde mostrar sus creaciones bajo la marca KoniCakes.
24 horas por siete días. Internet no cierra nunca y permite a grandes empresas y pequeños emprendedores estar a tan sólo unos clics de sus posibles clientes, ya sea en Venezuela o el mundo. La Web se erige cada vez más como una opción interesante para posicionar marcas y nuevos productos. La experiencia de Carmen lo atestigua.
Su negocio lo inició hace algunos años, comenzó realizando tortas para los cumpleaños de sus hijos, sobrinos, ahijados; “la gente quedaba encantada, no sólo por el sabor, el relleno, sino también por la presentación”, admite. 
Hora del te, con esta torta celebran baby shower
Fue entonces cuando el circulo comenzó a expandirse. “Ya no sólo eran familiares los que me encargaban, sino que me llamaban amigos de amigos para  hacerme encargos para cumpleaños y bautizos”, recuerda. 

Trabaja desde su casa y su oficina actual es la sala y cocina. Si bien empezó sola, actualmente la ayuda su marido y sus dos hijos. “A veces cuando es mucho el trabajo que tengo, alguna amiga me da una mano”.
Aunque siempre le recomendaron abrir una cuenta en Facebook para tener donde colgar las fotos de sus creaciones, finalmente se decidió por Instagram, asegura que le resulta más fácil esta red social, pues la maneja desde su teléfono inteligente.
“Admito que no tenía idea de cómo funcionaba (Instagram)” indica entre risas, tras señalar que gracias al apoyo de sus sobrinos e hija le agarró rápidamente el ritmo.
Desde entonces (uno dos meses) diariamente monta fotos de sus creaciones. Una torta en forma de caja de regalo de cuyo interior se asoma un bebé es una de las más solicitadas por las madres y padres para celebrar baby shower.
“Realmente me adapto a lo que piden los clientes, ellos me envían vía mail o whatsaap la imagen del modelo que quieren y yo la hago”, indica.
Una torre de cupcakes para una boda
 Carmen comenta que está todo el día pendiente de su tienda virtual (cuenta en Instagram @KoniCakes) atenta a las preguntas que recibe acerca de sus posibles clientes, ya que sabe que contestarlas de manera inmediata es clave para la venta.
De uno, dos y hasta cuatro pisos, con forma de carro, pelota de fútbol y hasta cuna de bebe, a la hora de diseñar no hay limites. “La mayoría de mis creaciones vienen acompañadas de cupcakes (ponquesitos) con el mismo diseño de la torta”, agrega.   
-Mucha gente pide ahora solo cupcakes, hacemos torres de hasta 4 pisos con poquesitos decorados a pedido del cliente, resulta muchas veces más práctico, porque no deben picarla y servirla luego de cantar cumpleaños, sino que simplemente reparten a cada invitado un cupcakes.
Indica que al igual que las tortas, los cupcakes vienen de diferentes sabores, chocolate, coco, zanahoria, vainilla, además con cubierta de crema y rellenos igualmente de lo que prefiera en cliente.
Pero el negocio no solo es dulce. Carmen también es conocida por realizar exquisitos pasapalos para banquetes, cumpleaños, 15 años, bodas, bautizos e inauguraciones.
“Tengo una lista de pasapalos la cual envío a los clientes interesados, así tienen para armar una lista de divinos platillos que pueden ofrecer a sus invitados”, agrega.
No descarta abrir en el futuro una página web, sin embargo hasta ahora dice sentirse satisfecha con su “tiendita” en Instagram. Le encanta que la llamen emprendedora 2.0 “suena bien”, y agrega que como ella hay miles de mujeres venezolanas que comienzan a utilizar las redes para mostrar su talento.

Erick y Rafael, emprendedores 2.0








Haz un click y queda “Bañado en Ropa”
Daniel Murolo
Para la mayoría, internet es la “súper autopista de la información”, para Erick y Rafael, es mucho más que eso, es la pasarela perfecta para mostrar y vender los diseños exclusivos de su marca: Bañado en Ropa.
Inspirados en una sociedad joven, moderna y creativa, esta marca surge como un proyecto enfocado en ir más allá de lo habitual, en vestir a la gente con looks bastante limpios y sofisticados; ropa para veranear, para ir a una cena casual, pasear un domingo o irte de tragos una noche.
“En 2012 Rafael Muñoz y yo queríamos hacer algo distinto de lo que veníamos haciendo (universidad), como siempre nos gustó la moda vimos la posibilidad de importar ropa y convertirnos en revendedores (…) montar fotos, producción y vender online”, detalla Erick Achang Malpica. 
Su cuenta en Instagram es @Banadoenropa
 Meses después, producto del éxito, se dieron cuanta que podían dar el siguiente paso. Ahora no sólo eran una opción de compra para los amantes del buen vestir, sino que se convertían en una marca de diseños hechos totalmente en casa. “Pasamos de comprar a diseñar”.
Ante lo difícil –por los costos- de montar una tienda física, Erick y Rafael se decidieron por algo que manejan a la perfección, la redes sociales. Como todo emprendedor, entienden que con la masificación de los celulares, y actualmente de los dispositivos como tablets, la manera en que ahora se comunica y relaciona la  población ha cambiado de manera radical. 
Crean entonces la página web www.banadoenropa.com.ve, así como las cuentas en Instagram y Twitter para complementar la promoción de cada una de las piezas que diseñan. Gracias a Internet y su alcance global pueden vender sus productos a todo el mundo, igual que lo hacen las grandes compañías en el mundo offline.
Aunque inicialmente producían prendas de vestir para damas y caballeros, finalmente decidieron especializarse solo para los chicos; “además de que nos identificamos más con la ropa para hombre, también hay una realidad y es que la gran mayoría de las marcas venezolanos atacan solo el mercado femenino”.
Partidarios de la originalidad y exclusividad, uno de los objetivos de Bañado en Ropa es que cada pieza de su inventario sea única, evitando así que sus clientes se topen con otra persona luciendo lo mismo.
“Hacemos prácticamente piezas únicas, de casa modelo sólo hay una o dos”, agregó Erick, tras detallar que aunque las prendas se diseñan y producen en Los Teques y Valencia, reciben pedidos de ciudades tan alejadas como Maracaibo. 
La colección completa de este par de diseñadores venezolanos está en su web

Medios aliados
Aunque es a través de su página web que sus clientes seleccionan y compran, utilizan igualmente el Twitter e Instagram (@banadoenropa) como catálogos para promocionar la marca y mostrar sus diseños en caliente.
“Antes de colgar una nueva pieza en la web, siempre hacemos un preview (vista previa) a través de Instagram del nuevo modelo y en cuestión de minutos ya tenemos pedidos, es una especie de campaña de intriga a través de las redes sociales”, detalla.
Franelas, suéter, pantalones básicos y camisas forman parte del catálogo de productos destacados que muestran en su página web, donde el internauta puede acceder igualmente al blog, lookbook, además de realizar su pedido.
Por ahora sus creaciones sólo están disponibles en su site, aunque no descartan en un futuro cercano masificar la marca y expandirse a nivel nacional e internacional.
“Nos funciona muy bien la venta online, pero como toda empresa pequeña nuestro objetivo es crecer, llegar cada vez a más y más personas”, indicó.